¿Cuántas veces hemos escuchado que el mundo no se puede cambiar? ¿Cuántas veces nos han dicho que no hay nada que podamos hacer, porque una persona sola no puede cambiar el mundo? ¿Cuántas veces quisimos hacer cosas sin resultados o respuestas? Y entonces, luego de aceptar estas verdades, nos quedamos en casa, prendemos la tele, y no sentimos solos, muy solos, mirando una realidad que está lejos, muy lejos. Y somos muchos los que nos quedamos con las ganas, los que terminamos creyendo que no podemos hacer nada. ¿Pero saben qué? El mundo está acá afuera, en nuestro vecindario, en nuestro barrio, en nuestro pueblo. Nosotros somos el mundo, nosotros hacemos el mundo. Y si cambiamos nuestro barrio, y cambiamos nuestro pueblo, ya habremos cambiado el mundo.
Hace una semana lanzamos al ciberespacio la primer entrada del año en este blog. Recibimos 2.500 visitas en menos de siete días. Salimos al aire en un programa de radio. Nos reunimos con la directora de prensa de la Municipalidad, y con el Subsecretario de Deportes. Recibimos correos, mensajes, comentarios. Muchas personas nos ofrecieron su ayuda. Muchas empresas nos abrieron sus puertas. Al parecer, somos muchos los que queremos cambiar el mundo. Y con tantas cosas que han pasado en apenas una semana, ahora estamos seguros de algo: ¡es facilísimo!
Cada pequeño acto que logre arrancar una sonrisa, mejora nuestra vida. Y en este, nuestro pueblo, hay un montón de programas y propuestas que valen la pena. Pongamos manos a la obra. Y con tantas, pero tantas manos levantadas, ahora ya es tiempo de gritar: ¡SE VIENE TERCER TIEMPO!
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